Mientras escribo, o intento escribir estas lineas, uno de mis tíos, Daniel, está preparándose para su último y gran viaje al Nosedonde.
Todos han sido queridos y sentidos como algo muy próximo, parte de mi gran familia. Pero este es y ha sido siempre un poco especial.
Cada vez que en nuestra vida ha habido algo importante, allí ha estado Daniel. No importa si era por alegrías o por penas. No ha necesitado nunca una invitación, una llamada. Si en tu vida había algo importante, Daniel se iba a Renfe, sacaba su billete de ida y vuelta y allí lo tenias, alegrándose con tus alegrías y acompañándote en tus penas.
Su portalón en Cervera siempre era un refugio de frescura.
Y si, en cualquier reunión familiar había que contar un chiste. . . nadie se acuerda del chascarrillo, sino de su manera de contarlo.
Recordáis cuando, tras una muy especial y agradable velada/cena familiar en el patio de mi casa, íbamos calle abajo, riendo con sus ocurrencias y con (lo nunca visto) algunos ruidos con los que tuvo a bien obsequiarnos?
Irrepetible e inolvidable.
Para mi, y para toda mi familia, Daniel ha sido. . no, ES Y SERÁ SIEMPRE alguien muy, muy especial.
Tío, dos cosas: deseo de todo corazón que tengas una partida digna y que, allá donde vayas, nos sigas llevando en tu corazón, que nosotros te llevamos en el nuestro.
Gracias y hasta siempre Señor Alcañiz.
Acabo de enterarme que anoche, mientras escribía esta nota, murio Daniel.
ResponderEliminarQue descanse como ha vivido, en paz y armonia con todos los suyos.
Su bellísima energía se queda aquí...
ResponderEliminarAbrazo inmenso..
Él ahora sabe cosas que nosotros aprenderemos algún día. Que descanse en paz.
ResponderEliminar¡Te quiero, abuelo!
ResponderEliminar¡Os quiero, familia!